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EN POS DE CONSENSOS de febrero del 2009

REFLEXIÓN: MENSAJE DE S. S. BENEDICTO XVI DEL 1º DE ENERO DEL 2009

 

Introducción:

 El Papa comienza haciendo afirmación del lema del mensaje, que es: “combatir la pobreza, construir la paz”. No hay paz si hay pobreza. La primera reflexión lo centra fundamentalmente en las implicaciones morales de la pobreza. Toca el tema demográfico, el de las enfermedades pandémicas, la situación particular de los niños, el armamentismo, el desarme y el desarrollo, y por último la crisis alimentaría.

En una segunda parte que integra el llamado frente a una economía global. Frente al fenómeno de la globalización hace un llamado a la solidaridad global. El primer punto es el del comercio internacional y el papel de las transnacionales financieras. El segundo punto lo centra en la tecnología, sobre todo aplicada a las comunicaciones y el desarrollo de la electrónica. El tercer punto sobre la legislación y normatividad universal. En el último punto topa el tema de la economía y las relaciones internacionales.

Por último concluye haciendo una rememoración de toda la Doctrina Social de la Iglesia contemporánea desde la Rerum Novarum hasta centrar la reflexión en la Centesimus Annus y el magisterio de Juan Pablo II. Toda la Doctrina Social de la Iglesia centrada fundamentalmente en la solidaridad y la necesidad del apoyo de los que más tienen en relación con los que menos tienen. Ese es el mapa, por supuesto no dice todo lo que dice el Mensaje.

El diálogo de los miembros de la Comisión:

El Santo Padre llama la atención sobre el crecimiento demográfico, anota que después de la segunda guerra la población ha crecido en 4000 millones, y dice que este no es el factor de la pobreza, sino el problema es la mala distribución de la riqueza porque, hay países poderosos que no tienen ninguna solidaridad con los países pobres.

El Santo Padre habla de los no nacidos a consecuencia de las malas políticas que ven el tema de la pobreza simplemente como una grave lacra que se debe empezar controlando y evitando que otras personas nazcan. En los últimos tiempos se ha concebido al aborto como algo justificable. También se refiere a las pandemias, se puede apreciar que todos estos temas pueden ser vistos egoístamente sin preocuparse de las mayorías y procurar encontrar soluciones que no sean inhumanas y por otro lado luchar por rescatar la esencia del ser humano. No hay otra manera de tratar a los pobres que desde el punto de vista del amor y bajo las normas de la Doctrina Social de la Iglesia.

Hay una tergiversación de la misma posición frente a la vida o aborto. Socialmente hay toda una campaña abortista o anticoncepcionista como si fuera esta posición humanista y moderna, y por contradicción presentando la posición que defiende la vida desde la concepción como una posición retardataria. Y esto es negar la historia. Habría que decir más bien que la posición abortista y antinatalista ya tiene su representante en Malthus a fines del siglo XIX, por lo tanto la posición retardataria a nivel de cronología es la posición abortista. La posición de afirmación del derecho a la vida es una posición estrictamente humanista en la medida que vela por los derechos integrales de la persona. Tampoco es aceptable la posición de pensar que se trata simplemente de decir un sí a la vida sin tener presente la integridad y la integralidad de la vida. La posición de la Iglesia es fundamentalmente de afirmación a los derechos universales de la persona desde el momento de su existencia. La posición debe ser terminante por parte del humanismo cristiano y por tanto a favor de la persona como tal. Otro elemento que habría que afirmarlo con fuerza es el de la paternidad responsable como principio al derecho a la vida en esta concepción antropológica cristiana. No se trata de tener los hijos que se desea, ni fruto del descuido, sino como fruto de una acción generosa co-creadora con Dios para engendrar una vida y ser responsable de la vida que está engendrando. La unión de los dos elementos es fundamental para afirmar la posición de la Iglesia y por tanto la afirmación del cristianismo sobre la vida.

El mismo Papa hace una enumeración hablando de la pobreza y las implicaciones morales. El pobre se pone a menudo en relación con el crecimiento demográfico. Y una afirmación de que las naciones más avanzadas con mayor índice de natalidad disfrutan de un mejor potencial para el desarrollo. Después más adelante otro aspecto que preocupa son las enfermedades pandémicas es preciso emprender en campañas que eduquen a los jóvenes a una sexualidad plenamente concorde con la dignidad de la persona. El tercer aspecto es la pobreza de los niños. Cuando la familia se debilita los daños recaen inevitablemente en los niños. El cuarto aspecto que merece atención desde el punto de vista moral es la relación entre el desarme y el desarrollo. Un incremento excesivo del gasto militar corre el riesgo de acelerar la carrera de armamentos que provoca bolsas de subdesarrollo y de desesperación, transformándose así paradójicamente en factor de inestabilidad,  tensión y conflictos. El quinto aspecto hace referencia a la actual crisis alimentaria, analizando las causas de ella. Luego entra en lucha entre la pobreza y solidaridad global. Para entrar en el campo de la globalización se necesita una fuerte solidaridad global. En el campo del comercio internacional y de las transacciones financieras se está produciendo un proceso que permiten integrar positivamente las economías contribuyendo a la mejora de las condiciones generales. Después viene la lucha contra la pobreza requiere una cooperación tanto en el plano económico como en el plano jurídico. Afirma que para una correcta lógica económica por parte de los agentes del mercado internacional es necesario una correcta lógica política y una correcta lógica participativa, termina ese capítulo afirmando que la lucha contra la pobreza necesita de hombres y mujeres que vivan en profundidad la fraternidad.

La Iglesia, como conjunto, no da toda la divulgación que debería dar a estos documentos de Doctrina Social de la Iglesia.la Doctrina Social de la Iglesia, este debería ser un elemento de autocrítica. Es importante que por lo menos desde esta Comisión se insista en algo que la Iglesiala Doctrina Social de la Iglesia no es optativa o accidental sino parte integrante del contenido de fe. Desde la Comisión por lo menos tendríamos que afirmar aquello. Cuando se habla del contenido de fe se hace referencia a las verdades dogmáticas, pero desde esas verdades dogmáticas no se asume a la Doctrina Social de la Iglesia como parte integrante del contenido de fe, esa es la causante de esta dicotomía o inconsistencia entre la fe y la vida. El católico, es en la medida en que afirma determinadas verdades aunque no practique la moral y la ética social que se derivarían de esas verdades de fe. Si no enfrentamos el  tema seguimos dejando la Doctrina Social de la Iglesia como un elemento de adorno, secundario, accidental, y en la propia práctica de los que se dicen católicos. ¿cuantos sacerdotes y hasta qué punto han hecho uso del púlpito, para difundir el mencionado Mensaje, que se supone que al menos para los que todavía van a las iglesias debería ser un recurso de divulgación de como magisterio lo ha dicho, pero que tampoco es aún de conciencia universal:

Los escándalos de la comunidad cristiana no se producen por liturgia, ni por catequesis, se producen fundamentalmente por la caridad, por la solidaridad. La crisis de “fe” no se produce tanto por cuestiones de culto, o de vida interna, sino fundamentalmente por el testimonio de solidaridad y de consistencia de la práctica social con los contenidos de fe.

El Papa insiste en varios puntos: en el número 11 se desprende que la lucha contra la pobreza requiere una cooperación tanto en el plano económico como en el jurídico, que permita descubrir y poner en práctica soluciones coordinadas para afrontar dichos problemas estableciendo un marco jurídico eficaz para la economía. Sobre este punto, hay una parte sumamente importante, una crítica a las políticas marcadamente asistencialistas, que están en el origen de muchos fracasos en la ayuda a los países pobres. Parece que el verdadero proyecto a medio y largo plazo dice el Papa es el invertir en la formación de las personas y desarrollar de manera integrada la cultura de iniciativa. Habla también que cada una de las personas tenemos que  asumir la lucha contra la injusticia.

La  Quadragesimo  Anno y más todavía la Laborem Exercens afirmará rotundamente la necesidad de asociación de las organizaciones intermedias como necesarias para el equilibrio social y particularmente la de los trabajadores para defender la justicia y equilibrio en las relaciones sociales. Las intervenciones intentan llegar a mediaciones entre lo que dice el Papa a  nivel universal, pero ya la realidad ecuatoriana que es lo que nos interesa mediar y en ese sentido es importante afirmar que el puro asistencialismo no lleva a la superación de la pobreza. Creo sin embargo que no es una negación del asistencialismo, hay personas a las que se debe asistirlas: los ancianos, los niños necesitan asistencia, pero no se agota allí la lucha de la pobreza, sino una auténtica promoción de la justicia, mediante fundamentalmente la educación. La necesidad de la congruencia entre sociedad, economía y derecho, las normas jurídicas tienen que responder a la  vida de las sociedades y al tipo de vida social que pretenden los pueblos, que era lo mismo que se decía en relación a la Constitución, y sobre sindicalismo, es una constante en la Doctrina Social de la Iglesia.

 Nos interpela mucho cuando dice el Papa que la marginación de los pobres del planeta solo puede encontrar instrumentos válidos de emancipación en la globalización; si toda persona no se siente personalmente herida, sino no recuperamos la capacidad de indignación y pasamos a la acción no podrá haber un cambio para los pobres del planeta. Actualmente estábamos hablando de la situación de Palestina y de Israel, si no sentimos personalmente la indignación frente a esa injusticia y hacemos algo como creyentes, como religiosos debemos colaborar con ese cambio en vez de estar pasivos..

 Viene a la memoria el discurso de Juan Pablo II en el Guasmo: Ninguno puede dormir tranquilo si hay un niño sin escuela, una familia sin techo, una persona con hambre, todo esto, no sólo al ámbito nacional, sino en el ámbito mundial.

 Nos dice, además, que no  va a ser tanto la insuficiencia de los alimentos cuanto la  dificultad de obtenerlos por la especulación  que se puede dar. Esto nos debe ayudar a tomar conciencia que no se debe acaparar, sino compartir, ayudar a esta toma de conciencia de la solidaridad, de compartir, de juntos salir adelante.

 Una determinación sobre el sentido de los bienes, hoy estamos en conflicto sobre aprobación de la ley de minería, en el fondo el problema está sobre el sentido de los bienes y parece que sobre eso cabe una palabra determinante, el asunto está en distinguir lo que es un fin de lo que es un medio, muchas veces tendemos a convertir a los bienes como fines y no como medios. La minería, el petróleo, la riqueza son válidos en la medida que son un medio para el bienestar de los ecuatorianos buscando una superación de la pobreza de los más pobres, mediante una distribución equitativa y universal de esos bienes. Con respecto a la minería hay dos posiciones extremas: no toquemos los recursos naturales, dejemos donde están, para preservar el medio ambiente, la ecología, los que afirman esto tienen razón, hay que preservar ecología, la naturaleza. Pero la otra posición extrema podría ser explotemos los recursos naturales a cualquier costo y mediante cualquier medio. Hay una posición media, esta es, los recursos naturales están al servicio de los seres humanos, hombres y mujeres, hay que explotarlos racionalmente, técnicamente, científicamente para que su explotación no perjudique al medio ambiente, la reflexión se debe centrar en la necesidad de identificar y definir lo que son los fines y lo que son los medios.

 En el numeral cinco se menciona considerar la pobreza poniéndose de parte de los niños y ahí hay un elemento fundamental, nos habrá pasado varias veces que un documento que puede ser profundo, rico, con una propuesta válida, se queda a nivel de discusión teórica, y nada más, a nivel de exigir políticas que eviten las enfermedades, políticas que eviten la pobreza de los niños, y también políticas de desarme y uno se siente independiente de esos elementos, más allá del bien y el mal, sin capacidad de cuestionarse, y aquí parece que es clave aterrizar, bajar de los niveles macro de gran alcance mundial de esta realidad y cuestionarse personalmente. ¿Yo por dónde voy en esto? ¿qué es lo pasa conmigo? ¿me pongo de parte de los niños para considerar su vulnerabilidad? ¿cómo estoy con eso? Porque de otra manera decimos si este es un documento, lo abrimos, llegamos a un discernimiento profundo, pero no tiene que ver con lo que yo hago, con lo que voy a hacer saliendo de esta reunión.

 Esto se deberá poner como método de apropiación real de la Doctrina Social de la Iglesia. Ya se dijo que no es facultativa, no es optativa sino parte integrante del contenido de fe. Ahora el aporte sería que la única forma de hacerlo operativa es mediante la apropiación personal, interna, cualquiera sea la posición del Estado, o la función que desempeñe la persona simplemente a un nivel humano, y talvez la referencia sería como un niño que busca redefinir sus comportamientos y convertirse a Jesús. Recordar que es mentiroso aquel que dice que ama a Dios,  pero no ama, no es solidario con quienes ve. La única forma de operativizar la Doctrina Social de la Iglesia es apropiándose individual, personalmente para luego convertirla en comportamiento social

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