
MENSAJE DE FR. MAURO JÖHRI
MINISTRO GENERAL
MINISTRO GENERAL
Queridos hermanos,
estoy contento de poderles dirigir también este año el saludo de Navidad y desearles que pasen una Santa Navidad.
Como saben bien, para San Francisco esta era la fiesta más grande del año porque se celebra el momento en el cual nuestro Salvador vino a morar entre nosotros.
Este año bajo el árbol de Navidad encontramos varios regalos: tuvimos un hermoso regalo en la Fiesta de San Francisco cuando el Papa vino a visitarnos a Asís, y luego, el regalo de nuestras Constituciones y Ordenaciones que han sido confirmadas y he promulgado en la fiesta de la Inmaculada Concepción. Esto me hace pensar en cómo Jesús haya ido a la escuela, y también él, por medio de sus padres haya aprendido tantas cosas, haya aprendido a obedecer. Las constituciones son para conocerlas pero sobre todo para ponerlas en práctica. Finalmente, hay un último regalo, estamos preparándonos para estudiar y profundizar el tema de la Gracia de Trabajar. También aquí hay una excelente conexión con Jesús que permaneció treinta años en casa, trabajando con sus manos en simplicidad, en humildad, apartado de las muchedumbres. Y esto era ya la evangelización. Se evangeliza también trabajando con alegría y dedicación en silencio.
Y así les deseo que la Navidad sea un momento fraterno, un momento en el cual puedan compartir juntos, pero también un momento para reflexionar y profundizar los valores de nuestra vida. Lo que nos dicen las Constituciones y lo que haremos juntos preparando el CPO.
¡Feliz Navidad! y ¡Feliz año Nuevo!
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