Adalberto, muy querido hermano: Paz!
Aprovecho la espera de un vuelo de conexión en el aeropuerto de Doha (Qatar) para escribirte. Acabo de finalizar la Visita Formativa a unas cuantas casas de formación en India y regreso a Roma para volver a partir mañana hacia San Juan de Puerto Rico donde daremos nuevo inicio al Secretariado de Formación de la CONCAM, durante muchos años dormido.
La ocasión de este correo es para que les hagas llegar a los hermanos formadores reunidos en Quito mi más sincero y cercano abrazo fraterno y la certeza de mi oración por el buen desarrollo del encuentro.
Cuando iniciamos los encuentros de formadores en la Conferencia, me tocó la dicha de estar presente y de animar una parte en la casa de Tranquilandia en Colombia, tuve la certeza de la bondad de este tipo de iniciativas.
Hoy, esta certeza se me confirma en el valor de la Colaboración que es expresión de nuestra vocación a la vida fraterna evangélica.
Sé que han trabajado y seguirán trabajando bien. En nombre de la Orden les agradezco por todo lo que hacen por la formación de nuestros hermanos más jóvenes, ellos lo merecen y lo necesitan, sin importar cuánto nos sintamos cansados algunas veces, vale siempre la pena retomar el camino y volver a empezar.
Que María Santísima la Reina de la Orden de los Menores los tenga de su mano.
Fraternalmente,
Fray Carlos Novoa, def.gen.
Presidente del Oficio General de la Formación.
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